miércoles, 23 de septiembre de 2015

Un beso para Brunelda

En un mes exacto espero estar cumpliendo 37 años, de los cuales me acompañaste 12 de ellos, exactamente hace un mes que te fuiste a tus 16. Estuviste conmigo una tercera parte de mí vida, eres la relación afectiva más larga después de mi familia.
Ahora recuerdo que siempre repito lo mucho que me sorprende la velocidad con la cual se nos va el tiempo llevándose todo lo que amamos. No lo digo por ti, tú partida fue una negociación en la que puedo decir que fui yo quien le ganó el pulso al tiempo: comprobé que es posible detenerlo, estacionarse en un punto y ver como todo pasa mientras uno flota, mudo, conteniendo la respiración abrazándose a lo inevitable, a la arremetida del atropello de lo incontenible. Así me aferré a ti y me habría quedado catatónico sosteniéndote la mirada e ignorando el afuera si vencido por mi egoísmo no te dejo ir.
Esta carta no es para ajustar cuentas, no te quedé debiendo nada, ni tú a mí. Te di las gracias por lo que me diste y yo te entregué una parte de mi alma que no podrá nada ni nadie devolverme. Te disfruté cuanto pude y así mismo hiciste lo propio. Diste lo que pudiste y fue suficiente. Dedicaste cada instante de tu vida a sanar mis heridas cuando las tuve, a hacerme feliz cuando fue preciso; desde tus alcances por supuesto, me mantuviste cuerdo cuando me fui y ahí estuviste también para abstraerme. Las cosas que me enseñaste no tienen valor, no pudiste eso sí, revivir mi confianza en el ser humano, y eso no es un reproche, al contrario, eso me ha permitido estar a salvo de muchas personas y principalmente de mí, que he intentado confiar de nuevo.
“Estamos perdidos, fracasamos como sociedad, el hombre que conocimos en los libros ha muerto, ahora solo queda la máquina, y la selfie maldita sea”, me veías escribir hasta el alba y tú ahí, velando mis insomnios, escuchando mis denuncias y reclamos, mis interlocuciones con Néstor en la Radio que no me respondió nunca, viéndome regar las matas, tararear canciones de Calamaro y sobre todo una, solo una de Sabina, balbucear entonaciones teatrales del poema eterno de Daniel Jiménez Bejarano, y enloqueciendo con el aroma adictivo del café. Solo te bastaba echarte a mis pies y ya estaba, obtenías tu paraíso: mi dedo en tu frente, una pelota de tenis, un mango biche, o solo un rinconcito de mi cuarto para verme dar vueltas mientras soñaba con ausencias buscadas, ganadas y castigadas.
Qué difícil resultó a mis escasos amores entender mi devoción por ti. Mi neurótico habito de alimentarte a horas exactas -6 aeme y 9 peeme- aunque fuera domingo; al igual que tus paseos cotidianos, los mismos que muchas veces les negaron la posibilidad de andar callejeando. “No puedo… ¿y quién va a alimentar y pasear la perra?”, se hizo mi Leit Motiv sin que me asaltara ninguna culpa. Más me dolieron las veces que tardé en llegar y tuviste que aguantar las ganas de ir al W.C.
“Eres pesimista de vocación y un inconforme por convicción, así que mueres poco a poco cada día”, me dijo una vez una amiga que tú y yo tenemos en común, a propósito, no le he dicho de tu partida, y que no vamos a poder presentarte con su hijo perruno Máximo. (¡Lo siento, Caro, por no contarte! Pero Peggy murió el 23 de agosto y me parece que el 26 cuando ya me estaba pasando el aturdimiento y algo reaccionaba se estaba celebrando el día del perro y no quise arruinarle a ningún amigo papá perruno su felicidad, menos a ti, que ese día vi en las fotos que celebrabas con tu loquillo).
No solo no le conté a ella de tu partida, mi Peggy, mi eterna Brunelda; a nadie le conté. Me llené de un sentimiento de vergüenza muy extraño. Como si yo fuera culpable de tu muerte por haber decidido que era justa para ti la “eutanasia humanitaria”, como amablemente lo denominó el médico veterinario. Me escondí de los vecinos que sabían que estabas en la clínica y que días antes habían preguntado por ti. Para pasear a Jerónimo madrugué y trasnoché para evadir las preguntas que me hicieran hablar de lo que había pasado. Mamá, que además estaba de cumpleaños la pobre vieja, me preguntó que “en cuál clínica era donde habían matado la perrita”, imagínate. Y yo vuelto mierda.
Jerónimo te extraña mucho. Ha adelgazado mucho, más de lo que es, ahora no parece perro salchicha sino un “cabanito” el pobre. Los primeros días de tu ausencia se deprimió mucho, te buscaba por la casa, te olía y sentía la presencia, así que limpié todo muy bien con lejía para que ya no estuviera extrañándote más, pero fue inútil. Afortunadamente Julie quiso llevárselo a su casa casi tres semanas, ella se va del país y quería despedirse de él, me pareció muy buena idea pensando que si cambiaba de ambiente se iba a entretener y no le harías tanta falta: regresó más flaco aún, ¡podrás creerlo!, pero por lo menos come, antes de irse estas tres semanas no estaba comiendo casi nada.
A tu primera mamá, Alejandra, le conté lo que había pasado y se puso muy triste, aunque me dijo una cosa muy bonita, algo así como que sabía que tu vida y partida había sido tranquila y feliz, pues habías tenido un papá chévere… en algo similar coincidió tu segunda mamá, Julie, que se le partió el corazón porque ella si sabe a ciencia cierta lo que para mí significabas, tal vez la que más sufrió mi amor por ti. Mira que de novios me salía de su cama, muchas veces tan temprano que algunas veces aún estaba oscuro, para irme a nuestra casa y cumplirte con la cita del paseo matutino.
Qué te puedo decir de lo que ha significado esto para tu tercera y última mamá… si entre ustedes fue amor a primera vista. Tal vez porque sentiste siempre la fortaleza de mi corazón palpitar cuando ella estaba cerca. Y claro, las veces que ustedes compartieron solas antes de que ella fuera ella.
Pues ahí estuvo, sosteniéndome la mano mientras yo me aferraba a tu pata y me quedaba con tu corazón engarzado en el mío a la vez que te arrancaban de mí alma.
Ese cuento de humanizar los animales. No es tan sencillo de explicar, defender, censurar, argumentar o desconocer. Encontré en ti más valor que el que les ha faltado a muchas personas que he mal conocido. Solo diré eso. Y que me da miedo traer un hijo a este mundo perdido, por eso prefiero los perros, son más agradecidos y menos vulnerables.
Ya me he ganado juicios prematuros solo por repetir la frase de Vallejo: “¡Qué afán de traer más putas y maricas a este mundo!”, y no soy homofóbico, y he fantaseado siempre con una puta bien arrecha en mi cama. Lo primero nunca ha sido un problema, lo segundo… pues la parte final de esa fantasía está resuelta, voy a tener que empezar a dejarle a la novia dinero sobre el nochero a ver si no me nace antojado el muchachito.
Te extraño mucho mi moneca hermosa, un beso.

Medellín, 23 de septiembre de 2015


miércoles, 13 de marzo de 2013

El milagro de Candeal de Fernando Trueba



















Análisis del conductor del programa
Por Juan Pablo Muñoz P.

Breve sinopsis: El milagro de Candeal es la historia del viaje que Bebo Valdés, músico cubano exiliado político durante muchos años en Europa, hace a la ciudad brasileña de Salvador de Bahía. Mientras está de visita en el barrio Candeal, de la mano de Carlinhos Brown, conoce los procesos sociales que por medio de la música allí se gestan.
Formato: El milagro de Candeal es un documental hecho bajo el formato de Aventura o crónica de viaje.
Conductor: En este formato casi siempre se estila un conductor caracterizado que va guiando y acompañando al televidente a través de los sitios o aventuras que hacen parte de la historia a narrar. Generalmente se trata de un periodista o presentador que hace las veces de entrevistador y de ésta manera obtiene la información de las fuentes que paulatinamente va abordando. El presentador se caracteriza con el fin de obtener del televidente identificación o aprobación, una suerte de cercanía.
En El milagro de Candeal nos encontramos con un conductor que no es ni periodista ni presentador, sino un personaje más de la historia. Este personaje se nos antoja principal, pues el hilo conductor de la historia es su visita al barrio donde se acerca a las transformaciones sociales que ha vivido el barrio gracias a la intervención de músicos como Carlinhos Brown. También da con otros personajes que le alimentan la sensación de su procedencia africana y de las similitudes de la cultura cubana con la brasileña, ambas hijas del continente negro.
Este personaje-conductor no tiene la intención ni la necesidad de hacer entrevista a los personajes con los que va interactuando. La relación y el resultado de ésta es espontáneo. La historia va tomando forma de aventura o crónica de viaje a medida que el personaje se va dejando llevar por las situaciones y se ve involucrado como actor principal y testigo de los sucesos que dan forma a la historia de El Milagro de Candeal.

Un paisaje abstracto


Por Juan Pablo Muñoz P.

Esta mañana Virginia Hincapié despertó temprano para llegar a tiempo al trabajo, el que lleva a cabo desde hace poco pues recién en junio del 2012 se graduó como Instrumentadora Quirúrgica en la Universidad de Antioquia.
A sus veintitrés años esta chica que dedicó su adolescencia al teatro, el piano y el body paint, tiene muy claro por qué no estudió ni medicina ni enfermería, sino una ciencia de la salud que le permitiera ayudar a la gente pero en la que de una u otra forma pudiera esquivar la responsabilidad del cuidado directo de los pacientes.
Sabe que debe dejar atrás las preocupaciones de la cotidianidad que la agobia y asumir su rol en la sala de cirugía. Ágilmente alista su equipo de trabajo, trae la torre de monitoreo, conecta por en medio de un tubo la fibra óptica a la lente de la cámara de diez milímetros y continúa con el protocolo, este dice que debe presentarse con el paciente en turno y contarle cuál será su función en el procedimiento quirúrgico.
La paciente es doña Marta, una mujer joven que no supera los cuarenta y cinco años de edad. Pero los miomas en la matriz llegan sin distingo de edad. La tristeza que siente Virginia no se debe a la suerte que está corriendo esta mujer, al contrario piensa en lo afortunada que es al poder acceder a un quirófano.
La histerectomía por laparoscopia realizada a doña Marta fue todo un éxito. En el último año entre la práctica y el inicio de su vida profesional, Virginia ha asistido semanalmente un promedio de diez a doce procedimientos como este con desenlace satisfactorio. En una sola oportunidad murió el paciente dejándole una profunda depresión y deseos de abandonar prematuramente el oficio. La histerectomía es el procedimiento por medio el cual se extirpa el útero, y en algunos casos  trompas de Falopio y ovarios. Y la laparoscopia es una técnica que permite la visión de la cavidad pélvica- abdominal con la ayuda de una lente óptica. A través de una fibra óptica, por un lado se transmite la luz para iluminar la cavidad, mientras que se observan las imágenes del interior con una cámara conectada a la misma lente. Este sistema de invasión mínima permite incisiones de aproximadamente diez milímetros mejorando las condiciones postoperatorias.
Con la satisfacción por el deber cumplido, Virginia sale del quirófano y vuelve a ser presa de su frustración. Dice que no sabe bien qué es pero es algo que se confunde entre rabia, impotencia, desconsuelo y abandono.
El pasado siete de diciembre le fue diagnosticado cáncer de endometrio a su madre. Doña Edilma es una mujer relativamente joven, no supera los cincuenta y cinco, es incansable en su trabajo, amiguera, tomatrago, saludable a más no poder. A mediados del semestre pasado le perseveró una incontinencia urinaria y los exámenes de rigor revelaron la presencia del enemigo silencioso.
Como uno de sus últimos recursos y con el interés de hacer una denuncia pública en un medio de comunicación participativo, ecuánime y de criterios respetables, Virginia se acercó a los medios informativos de su Alma Mater. Contó que a su madre le negaron en Coomeva un procedimiento quirúrgico que a todas luces cubre el POS: la histerectomía por laparoscopia.
Atiné a decirle que su familia tendría que tener más paciencia, que los “apenas” dos meses que llevaban esperando la autorización del procedimiento por parte de esta EPS era insulso a comparación de la espera de miles de personas que llevan meses, incluso años esperando por una prescripción médica más elemental. Allí fue que tomó sentido entonces el hecho de que a pesar de haber interpuesto una acción de Tutela ante el Juzgado Tercero Civil Municipal de Itagüí y haber tenido un fallo a favor, Coomeva hubiera incurrido en desacato, tenía sentido entonces que incluso la jueza Nubia Alicia Vélez Bedoya le hubiera dicho a Virginia que no había nada que hacer y que en todo su tiempo como jueza no recordaba ni una sola vez en la cual hubieran podido penalizar alguna EPS.
Le dije a Virginia que el Instituto Nacional de Cancerología registró entre 2002 – 2006 más de 70.000 casos anuales nuevos de Cáncer en Colombia (excepto piel), que en 2008 el cáncer causó 7,6 millones de defunciones en todo el mundo y más de 30.000 en 2009 solo en Colombia, que los tres principales grupos de tumores malignos entre 2000 y 2010, en orden descendente, fueron: estómago, colon, próstata y mama; y que era lógico entonces que las EPS quisieran evadir sus responsabilidades y se atrevieran a prescribir bicarbonato con limón en ayunas todas las mañanas.
Lo paradójico y a la vez frustrante, me dijo Virginia, es que cada día en su trabajo asiste varios procedimientos quirúrgicos, incluyendo histerectomías por laparoscopia, el que necesita su madre y que efectivamente las pacientes le dicen que lo cubre el POS, menos en Coomeva.
Concluí alentándola al decirle que lo más probable es que ocurra como con las otras dos tutelas que habían interpuesto años atrás, la primera por la necesidad de tratar su deficiencia en la hormona de crecimiento y que desacataron como es habitual, al igual que la que interpusieron por  la necesidad de atender la debilidad cognitiva de su hermana menor; ninguna de las dos cubiertas por el POS y sin embargo con fallo a favor, teniendo como resultado la intervención estatal por medio de Fosyga, Fondo de Solidaridad y Garantías, quien terminó y ojalá termine también en este caso, por el bien de esta familia,  asumiendo los costos y responsabilidades evadidas por las EPS.
Es lamentable que un asunto tan delicado termine por convertirse en paisaje cotidiano y no represente asomo de asombro para una sociedad que se ha acostumbrado a largas agonías hasta para conseguir una muerte digna. La resiliencia de los pacientes destaca campante además de médicos pusilánimes al servicio de las EPS por pasillos de hospitales y centros de salud que más bien parecen purgatorios transitorios que compiten con las visiones que tuvo Jerónimo El Bosco cuando plasmó en sus lienzos, en el siglo XVI sin querer, imágenes premonitorias de la patética lucha del hombre en el XXI por un servicio digno de salud. Siendo así, regresemos de una vez por todas al medioevo y bienvenida sea nuevamente la trepanación en busca de la piedra filosofal y que las EPS subsidien por lo menos, para despachar a tanto enfermo sano, las Stultifera Navis.
Afortunadamente para efectos de fe de errata anticipada, si fuera necesaria una retractación, al concluir la redacción de esta denuncia pública a manera de artículo periodístico, Virginia publicó en el Facebook que por fin Coomeva había autorizado la tan anhelada intervención quirúrgica a su madre. La felicidad sería mayor si este desenlace fuera consecuencia de la efectiva acción de Tutela interpuesta y fallada a favor, y no una decisión inducida por el par de llamadas que se hicieron para confrontar la información aquí expuesta.

sábado, 16 de mayo de 2009

La Heroína

Por Juan Pablo Muñoz Patiño
Enero de 2009


La imagen de esta mujer es la de una persona que sale de un estado precario en el cual su salud física, anímica, moral y sobre todo mental; ha sido menguada por las inclemencias del abandono al cual son sometidas las personas que sufren el secuestro.
(foto Reuters)
Es indudable que semejante cebo es imposible de ignorar. Los medios de comunicación nacional e internacionales cundieron por la senda del placebo y desplegando todo su auto engaño, se convencieron unos a otros de la importancia para la humanidad de un sacrificado más; de usufructuar la imagen de un ser redentor, una especie de Mesías que emerge del averno para traer esperanza y salvar una nación.

La escena política internacional, anestesiada por la especulación que da la lejanía, convencidos como los creadores Jolibudenses, de que Colombia es un país poblado solo por indios analfabetas armados, que en su afán de modernidad se está auto extinguiendo al no comprender las “bondades” del neo- liberalismo y del capitalismo salvaje; adoptó también una posición de compasión y vislumbró en esta mujer una figura de renacimiento, una Juana de Arco contemporánea, tanto que se ilusionaron con el Nóbel de la paz.
(foto AP)
La vida de las personas que la opinión pública declara como banderas de una nación, y más aun, de una esperanza mundial perenne como lo es la paz, se convierte en eso mismo, en un bien público que pertenece gracias a los medios masivos, a un colectivo de intereses dirigidos según la agenda mediática.

La vida familiar, en el mejor de los casos desaparece en su totalidad haciéndose inmune (al no existir), a las alteraciones intermitentes que inducen los medios. En el caso de nuestra heroína no fue así, dado que esta figura se complementó con el abrazo fraterno de los que esperaron a la madre con la paciencia de Penélope, hilvanando la trama de una embestida sentimental ante la cual todos sucumbimos gracias al protagonismo de sus actores estelares.
(Foto Rev. Cambio)
Hubo un personaje que salio de la trama por falta de repertorio, el papel de esposo abnegado no interesó a los productores y prefirieron al actor extranjero.

Como en casi todos los casos desesperados y atropellados por aprovecharse a como de lugar del momento efervescente de la noticia, y de las presiones políticas por conseguir en tiempo límite resultados fructíferos; se agotó el recurso y el impulso se quedó en promesas.
(foto Nueva Acropolis, España)
Cuando los medios de comunicación nacionales se detengan a mirar de lejos, sin dejarse influir por los intereses de los gremios económicos y los colectivos políticos, los fenómenos que afectan la naturaleza de la violencia que ejercen los distintos actores armados en el país; entonces con la serenidad que da la distancia estando cerca, se podrá hacer un análisis que redunde en una opinión pública generadora de participación y resultados. Así mismo, esto se reflejará a través de las fronteras y la participación extranjera en la solución de conflictos locales será consecuente con nuestra realidad.

La libertad y su paradójica relación ambivalente que permite o no, el respeto por los derechos humanos


Por Juan Pablo Muñoz P.








La libertad es un concepto ambivalente, para analizarlo hay que tener en cuenta el sujeto que la detenta, este puede ser individual o colectivo.

Según José María Desantes el concepto de libertad debe partir de una idea fundamental y es la autodeterminación o la autonomía de la libertad.

Esta idea va dirigida hacia la libertad individual, pero existe otro tipo de libertad y es la colectiva o social. Allí el concepto empieza a distorsionarse y a perder las características que la identifican. La libertad se reduce o limita, y es donde el concepto se vuelve paradójico.

La limitación parte, según Desantes, por la coexistencia de una Tupida red de libertades de un colectivo que entrecruzan sus intereses. Debe entonces prevalecer un equilibrio entre ellas.

Desantes cita en su texto La formación del informador, garantía de la libertad de expresión a Thierry Maulnier, quien asegura que la libertad es exclusiva de la aristocracia puesto que implica, por parte de los individuos una disciplina interior, una moral y un dominio de sí. Dicho concepto es excluyente y discriminatorio al no incluir a quienes no están dentro de lo que se conoce como aristocracia.

Riñe con la fundamentación del derecho a la libertad como uno de los derechos fundamentales del hombre, puesto que estos no son inherentes a unas u otras clases sociales, sino a todas.

El derecho a la libertad individual, plantea Desantes, es superior a la libertad colectiva, que es una libertad impuesta y condicionada por un tipo de organización colectiva de poder.

Las organizaciones sociales establecen ciertos límites a la libertad y reduce su alcance individual, delimitando alcances personales en cuidado de una colectividad, esto deja implícita una paradoja: la negación de una entera libertad. Lo que resulta paradójico es la limitación de un derecho fundamental a causa de la defensa de ella misma.

Cada derecho fundamental trae implícito su libertad para ejercerlo, de lo contrario sería una negación a el. El asunto es que en el juego de poder ejercer las libertades individuales empiezan cada una a ser limitadas por las ajenas, es allí donde se hace “necesario” una especie de ente regulador, un poder legitimado que en defensa del concepto abstracto, a causa de la indebida utilización de la libertad individual, la limita colectivamente.

Al respecto dice Desantes que el poder político vence sobre el derecho a la libertad. Se puede asociar a ello el concepto cercano a nuestra constitución política que se refiere a que prevalecen sobre los derechos individuales, los colectivos.

La libertad a informar, como el resto de los otros derechos, trae también implícito su natural libre ejercicio. Aunque este no sea uno de los derechos más prioritarios, se convierte en uno indispensable dado que por medio de este es posible hacer valer los demás.

Desantes introduce allí el concepto del Cuarto poder, el que propicia la participación ciudadana al permitir, por medio del acceso a la información la toma de decisiones. “El libre ejercicio del derecho a información es, por tanto, garantía del derecho a la libertad en el ejercicio de los derechos humanos, fundamentales o naturales”, asegura el autor.

El asunto no es tan simple dado que para acceder a este derecho, el individuo esta sujeto a los medios de comunicación que pueden ser oficiales o privados, y existe en cada uno de estos unas limitaciones contundentes que dejan en entredicho la calidad del derecho al cual se está accediendo.

El medio oficial está limitado por sus intereses políticos y el privado por los económicos, entonces en ambos casos la libertad a la información no es más que una subordinación a los intereses de unos colectivos o élites de intereses restringidos.

Para Santiago Sánchez el problema es más grave, el asunto al parecer no es de los medios solamente, sino que es compartido con los espectadores y su percepción de la realidad. De la asimilación de la información proporcionada y de lo que implica el discernimiento de ella depende entonces el que la información sea o no, sujeto de discusión. Esto puede dejar entre líneas un menosprecio del espectador, lector o televidente según sea el caso. De todos modos el derecho a ser informado debería blindar a los individuos de una mala calidad de la información y propiciar sanciones a quienes aprovechando el uso de los medios aprovechan este vehículo para desinformar o amañadamente hacer uso de ello.

La única forma en la cual se podría ejercer de una manera digna el derecho a la información sería mantenerlo distante de los poderes e influencias políticas. La importancia de ello radica en que este derecho es un puente para conseguir que los otros derechos sean respetados.

sábado, 14 de marzo de 2009

¡QUE PARADÓJICO! El DESEMPLEO PARA JUANITA PÉREZ ES LA OPORTUNIDAD PARA MONTAR SU PROPIO NEGOCIO (informal)


Por Juan Pablo Muñoz Patiño
rafaelusman@hotmail.com
Marzo de 2009

Mientras que el presidente Álvaro Uribe anuncia por el canal RCN que los precios de los automóviles disminuirán, como una medida para incentivar la economía, también presiona al Emisor para que baje las tasas de interés a ver si los colombianos se endeudan más. Mientras tanto, en el barrio Robledo Aures, Juanita Pérez*, no puede usar el teléfono porque se lo cortaron, no puede leerle a su hija una buena comedia de Moliere a la hora de ir a la cama porque no hay luz eléctrica, ni puede ver la t.v. porque además de que no hay electricidad, el aparato está en la casa de empeño.
No tiene dinero ni para las hojas de vida y el internet es un lujo en una casa donde para poder atreverse a encender el fogón, los bombillos deben permanecer siempre en contravía de su naturaleza: iluminando.
Juanita es una madre soltera que tuvo que enviar a su hija a vivir con el papá porque con los $300.000 que le daba, ya le era imposible cubrir los gastos de la manutención de ambas.
“Que vea por ella él, yo ya lo hice por casi seis años”, dice Juanita justificando su situación, “peores cosas han hecho otras”, dice tratando de bajarle al peso de su conciencia, o refiriéndose a Medea, obra que leyó hasta aprendérsela de memoria cuando estudiaba Teatro en la U de A.
Juanita está desempleada desde hace casi un año. Trabajó varios años como operadora telefónica en un banco, y sin querer, conoció el generoso saldo de la cuenta bancaria de muchos allegados. Ahora que está desempleada, no ha tenido acceso a ningún tipo de generosidad. Le tocó “arrimarse” en la casa de la mamá y a regañadientes y como contraprestación por la posada, le sigue la corriente cuando la pone a leer la palabra de Dios.
Juanita no tiene idea de que en febrero el desempleo aumentó del 13.1 al 14.2%, ni de que ella es uno de los dos millones 830 mil colombianos sin empleo; no sabe que es el mercado laboral ni la desaceleración económica pero si sabe que si no encuentra empleo próximamente, hará cualquier cosa por conseguir dinero.
El Gobierno del presidente Álvaro Uribe puede seguir enredando a los colombianos con las disfrazadas indecisiones del DANE cada que las cifras no le favorezcan, pero a los ciudadanos no les interesa la diferencia entre cesantes, ocupados y desocupados, además que no hay otra cosa más truculenta que eso, puesto que a ciencia cierta no se puede decir quien dejó o no de buscar trabajo.
En este país donde un alto porcentaje de la fuerza de trabajo está por fuera del margen de las personas aptas para trabajar, y lo hacen, desde la informalidad que aumenta cada vez más, porque trabajo no hay pero a la hora de vender cualquiera es bueno, menos la mujer que es discriminada laboralmente; Juanita no tiene chance, más que para intentar rebuscarse la vida, de la primera forma como le resulte. Hoy en día las prestaciones sociales son casi bienes suntuosos.
Después viene el juicio para quienes ingenuamente creen en raras estratagemas para multiplicar el dinero, luego no sabemos como justificar que los niños que la madre alquila para mendigar inunden los semáforos, y que las jovencitas se prostituyan apenas tienen un asomo de erotismo acelerado por el colorete y el pachulí. La lista de las consecuencias funestas de una sociedad en crisis, es interminable.
El problema es no es de forma si no de fondo.
Mientras nuestros dirigentes estén incentivando la avalancha de tecnología para soportar en ella sus intervenciones sociales, ampliando la brecha, sacando a empellones al campesino de su tierra; lo único que obtendremos es una sociedad obnubilada con los espejos brillantes, hipnotizada todavía con el sabor de la Coca- cola y los importados mientras las pequeñas empresas locales son absorbidas por Carrefour: más desempleados! Los más tercos se dividen entre sancochos sindicalistas, sazonados con cartillas de formación marxista; lo poco que no cedieron de su dignidad.
Así es muy difícil que Juanita se consiga un empleo formal, con un poco de suerte se endeudará para comprarse una freidora y madrugará a vender buñuelos en la fila donde unos afortunados, asegurados sociales, esperan su dosis de acetaminofén al alba.

*Nombre falso para respetar la intimidad de la fuente.

lunes, 19 de enero de 2009

LA ILUSIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA


Por Juan Pablo Muñoz P.
Enero de 2009
La Opinión Pública colombiana y la influencia que ejerce en la Política de nuestro país, no es más que una ilusión.
Haré gala de una de las libertades más preciadas que tiene cualquier ciudadano del común: la libertad de expresión, y como no tengo pruebas de lo que diré, digamos que no es más que una opinión, cosa tan subvalorada por estos días. Que sea el lector, el que en su sano juicio interprete lo leído y si es más audaz que este servidor (cosa que de antemano doy por hecho, puesto que es para ese tipo de lectores a quien va dirigido), sea él quien esgrima las pruebas necesarias para sustentar lo siguiente y le dé tinte de hipótesis. El ejercicio quedará medianamente satisfaciendo las necesidades de todos, si es qué, este texto consigue en su mayoría adeptos y no detractores, que honestamente piensen (como yo), que saltan a la vista las evidencias objetivas para sustentar que la Opinión Pública colombiana y la influencia que ejerce en la Política de nuestro país, no es más que una ilusión.
Entendiendo que toda opinión es una ilusión de conocimiento, e ilusionado con no tener que renunciar a ello para darle paso a la evidencia científica, empecemos diciendo que en nuestro país no existe una verdadera Opinión Pública, porque la que existe es ficticia, y ésta que falazmente cumple con el papel de la ausente, no tiene la contundencia que, por mera parafernalia debería investir. Es tan débil y prefabricada por los medios de comunicación, que es maleable al antojo de los gremios económicos dominantes al igual que todo lo que la subyace, lo que la constituye: un discurso improvisado cada vez que el dólar sube o baja. Me estoy refiriendo a la manipulación de la economía sobre todo interés político (Estado, sociedad y O.P.). Ese es el carácter de la opinión pública de este país, el que impongan los dueños de la información, la Agenda Setting.
En Colombia opera a la perfección el modelo planteado por Isabelle Noelle Neumann, La espiral del silencio. Por varias razones heredamos un país que desconoce la naturaleza de lo público, aquí lo público siempre ha sido ajeno a la colectividad, al pueblo. Desde la posibilidad de expresar libremente lo que se piensa, a conformidad o a inconformidad hasta las peores violaciones a los derechos fundamentales, viéndolos como beneficios para todo el público. Una de las razones más importantes, y que hace que el nombre del modelo propuesto por Neumann suene literal, es la espiral del silencio en la cual a fuerza de amenazas (y matanzas) se ha enredado a los ciudadanos para que se callen y no expresen sus inquietudes, inconformidades y hasta sus propuestas para alimentar ingenuamente el sistema corrupto que acalla las voces del pueblo.
La voz del pueblo es la democracia. He aquí otra de las razones por las cuales este país carece de una opinión pública activa, generadora de cambios sociales, de participación en la toma de decisiones, del mejoramiento equitativo de la calidad de vida de los ciudadanos. Pensamos que nuestra tarea está cumplida solo con el hecho de acudir a las urnas y darle el poder de la representación (representación, literalmente puesto que llevan acabo su puesta en escena en la nueva plaza pública) a un fulano que desde la cuna esta vendido y se debe a sus patrocinadores, los políticos son productos de mercado que venden ideas de tranquilidad, sensaciones de sosiego que permiten al ciudadano del común liberarse del peso de lidiar con una sociedad fracasada.
Los políticos que elegimos para que nos representen en la toma de decisiones son a la sociedad placebos que distraen nuestra ausencia de responsabilidad, nos convierte a todos en Poncios Pilatos que dimitimos a cambio de un espejismo alucinante: el poder de la opinión pública, la democracia.
Otra de las razones importantes para que en nuestro país la opinión pública sea no más que una ilusión, es que tenemos un pueblo mal educado. No conocemos del verdadero valor de una fuerza popular, no sabemos que la O.P. es el único mecanismo capaz de cambiar el rumbo de una política estatal lesiva para el pueblo, de conducir masas por la senda de la recuperación del poder cuando en el trayecto se ha desviado. Y las masas irracionales que inevitablemente tienen el afán de un líder para seguirlo a la manera de un rebaño, están desprotegidas y a merced de la propia ignorancia y de la ceguera por el poder, es allí donde aparecen los mesías a salvar y dirigir el rebaño, y quienes conocen de los falsos profetas se callan para no apostar al perdedor. Así funciona nuestra espiral del silencio cuando es por las buenas.
Hay quienes optimistas plantean otros modelos de la O.P., el de la cascada con sus rebotes y remansos insignificantes es risible. Es muy coherente con su utópica explicación, como si lloviera hacia arriba. Ese modelo es excluyente al plantear los líderes de opinión. Las encuestas no merecen la pena de ser tomadas en cuenta como un nuevo proceso de opinión pública, todos sabemos que el sondeo obtenido allí es el fruto de respuestas políticamente correctas.
Nuestro país no puede seguir basando su comportamiento político en una ficción.
Nuestra opinión pública es una máscara que maquilla el rostro de un anciano decrepito y los colombianos seguimos pensando que vemos la realidad a través de los ojos de las reinas de belleza.