miércoles, 13 de marzo de 2013

Un paisaje abstracto


Por Juan Pablo Muñoz P.

Esta mañana Virginia Hincapié despertó temprano para llegar a tiempo al trabajo, el que lleva a cabo desde hace poco pues recién en junio del 2012 se graduó como Instrumentadora Quirúrgica en la Universidad de Antioquia.
A sus veintitrés años esta chica que dedicó su adolescencia al teatro, el piano y el body paint, tiene muy claro por qué no estudió ni medicina ni enfermería, sino una ciencia de la salud que le permitiera ayudar a la gente pero en la que de una u otra forma pudiera esquivar la responsabilidad del cuidado directo de los pacientes.
Sabe que debe dejar atrás las preocupaciones de la cotidianidad que la agobia y asumir su rol en la sala de cirugía. Ágilmente alista su equipo de trabajo, trae la torre de monitoreo, conecta por en medio de un tubo la fibra óptica a la lente de la cámara de diez milímetros y continúa con el protocolo, este dice que debe presentarse con el paciente en turno y contarle cuál será su función en el procedimiento quirúrgico.
La paciente es doña Marta, una mujer joven que no supera los cuarenta y cinco años de edad. Pero los miomas en la matriz llegan sin distingo de edad. La tristeza que siente Virginia no se debe a la suerte que está corriendo esta mujer, al contrario piensa en lo afortunada que es al poder acceder a un quirófano.
La histerectomía por laparoscopia realizada a doña Marta fue todo un éxito. En el último año entre la práctica y el inicio de su vida profesional, Virginia ha asistido semanalmente un promedio de diez a doce procedimientos como este con desenlace satisfactorio. En una sola oportunidad murió el paciente dejándole una profunda depresión y deseos de abandonar prematuramente el oficio. La histerectomía es el procedimiento por medio el cual se extirpa el útero, y en algunos casos  trompas de Falopio y ovarios. Y la laparoscopia es una técnica que permite la visión de la cavidad pélvica- abdominal con la ayuda de una lente óptica. A través de una fibra óptica, por un lado se transmite la luz para iluminar la cavidad, mientras que se observan las imágenes del interior con una cámara conectada a la misma lente. Este sistema de invasión mínima permite incisiones de aproximadamente diez milímetros mejorando las condiciones postoperatorias.
Con la satisfacción por el deber cumplido, Virginia sale del quirófano y vuelve a ser presa de su frustración. Dice que no sabe bien qué es pero es algo que se confunde entre rabia, impotencia, desconsuelo y abandono.
El pasado siete de diciembre le fue diagnosticado cáncer de endometrio a su madre. Doña Edilma es una mujer relativamente joven, no supera los cincuenta y cinco, es incansable en su trabajo, amiguera, tomatrago, saludable a más no poder. A mediados del semestre pasado le perseveró una incontinencia urinaria y los exámenes de rigor revelaron la presencia del enemigo silencioso.
Como uno de sus últimos recursos y con el interés de hacer una denuncia pública en un medio de comunicación participativo, ecuánime y de criterios respetables, Virginia se acercó a los medios informativos de su Alma Mater. Contó que a su madre le negaron en Coomeva un procedimiento quirúrgico que a todas luces cubre el POS: la histerectomía por laparoscopia.
Atiné a decirle que su familia tendría que tener más paciencia, que los “apenas” dos meses que llevaban esperando la autorización del procedimiento por parte de esta EPS era insulso a comparación de la espera de miles de personas que llevan meses, incluso años esperando por una prescripción médica más elemental. Allí fue que tomó sentido entonces el hecho de que a pesar de haber interpuesto una acción de Tutela ante el Juzgado Tercero Civil Municipal de Itagüí y haber tenido un fallo a favor, Coomeva hubiera incurrido en desacato, tenía sentido entonces que incluso la jueza Nubia Alicia Vélez Bedoya le hubiera dicho a Virginia que no había nada que hacer y que en todo su tiempo como jueza no recordaba ni una sola vez en la cual hubieran podido penalizar alguna EPS.
Le dije a Virginia que el Instituto Nacional de Cancerología registró entre 2002 – 2006 más de 70.000 casos anuales nuevos de Cáncer en Colombia (excepto piel), que en 2008 el cáncer causó 7,6 millones de defunciones en todo el mundo y más de 30.000 en 2009 solo en Colombia, que los tres principales grupos de tumores malignos entre 2000 y 2010, en orden descendente, fueron: estómago, colon, próstata y mama; y que era lógico entonces que las EPS quisieran evadir sus responsabilidades y se atrevieran a prescribir bicarbonato con limón en ayunas todas las mañanas.
Lo paradójico y a la vez frustrante, me dijo Virginia, es que cada día en su trabajo asiste varios procedimientos quirúrgicos, incluyendo histerectomías por laparoscopia, el que necesita su madre y que efectivamente las pacientes le dicen que lo cubre el POS, menos en Coomeva.
Concluí alentándola al decirle que lo más probable es que ocurra como con las otras dos tutelas que habían interpuesto años atrás, la primera por la necesidad de tratar su deficiencia en la hormona de crecimiento y que desacataron como es habitual, al igual que la que interpusieron por  la necesidad de atender la debilidad cognitiva de su hermana menor; ninguna de las dos cubiertas por el POS y sin embargo con fallo a favor, teniendo como resultado la intervención estatal por medio de Fosyga, Fondo de Solidaridad y Garantías, quien terminó y ojalá termine también en este caso, por el bien de esta familia,  asumiendo los costos y responsabilidades evadidas por las EPS.
Es lamentable que un asunto tan delicado termine por convertirse en paisaje cotidiano y no represente asomo de asombro para una sociedad que se ha acostumbrado a largas agonías hasta para conseguir una muerte digna. La resiliencia de los pacientes destaca campante además de médicos pusilánimes al servicio de las EPS por pasillos de hospitales y centros de salud que más bien parecen purgatorios transitorios que compiten con las visiones que tuvo Jerónimo El Bosco cuando plasmó en sus lienzos, en el siglo XVI sin querer, imágenes premonitorias de la patética lucha del hombre en el XXI por un servicio digno de salud. Siendo así, regresemos de una vez por todas al medioevo y bienvenida sea nuevamente la trepanación en busca de la piedra filosofal y que las EPS subsidien por lo menos, para despachar a tanto enfermo sano, las Stultifera Navis.
Afortunadamente para efectos de fe de errata anticipada, si fuera necesaria una retractación, al concluir la redacción de esta denuncia pública a manera de artículo periodístico, Virginia publicó en el Facebook que por fin Coomeva había autorizado la tan anhelada intervención quirúrgica a su madre. La felicidad sería mayor si este desenlace fuera consecuencia de la efectiva acción de Tutela interpuesta y fallada a favor, y no una decisión inducida por el par de llamadas que se hicieron para confrontar la información aquí expuesta.

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