lunes, 28 de abril de 2008

REVIVE EL REY MATAPRINCIPES

Por Juan Pablo Muñoz P.

Febrero de 2007


  • Se avecina una tragedia en las tablas del Teatro Hora 25
  • Regresa el Rey más sanguinario nunca antes conocido
  • La lucha por el poder de un país en el escenario

Después de haber sido condenada a tres años en el olvido, el grupo de Teatro Hora 25 da vida nuevamente a la tragedia del Rey Ricardo III. Ha pasado el tiempo suficiente para que Ricardo de Gloster, en el limbo de una bodega de vestuario teatral, purgue todos los crímenes que cometió en su atroz recorrido hacia el trono de Inglaterra.

El encuentro entre los actores y los personajes es emotivo, la Familia Real y La Corte entera han esperado ansiosos a los actores que prestarán sus cuerpos para encarnar la tragedia. El ritual empieza desempolvando coronas, planchando trajes, recordando acentos, probando máscaras. El camerino se transforma en una máquina del tiempo sin uno definido mientras avanza la transmutación. ¿Es Ramiro Tejada el actor o es el Príncipe Clarence quien no encuentra su corona? No se sabe, los actores van asumiendo sus roles al tiempo que en la cocina se prepara la sangre que derramará Fernando Velásquez o para ser más preciso Ricardo III, el Rey Matapríncipes.

Una carcajada estridente contrasta con el monótono sonido del mantra con el cual los actores hacen su calentamiento de técnica vocal. No es un lapsus mental, ni una “morcilla” como dicen los actores para referirse a una replica extra. Es el hallazgo de un personaje, es el Conde de Rivers burlándose del sapo jorobado, su inevitable verdugo, el de todos, Ricardo de Gloster que según él mismo, fue: “…Groseramente creado, deforme, inconcluso, hecho a medias y tan poco agraciado que los perros ladran a mi paso…”, justifica toda su maldad a la vez que se dicta sentencia: “…soy díscolo y delincuente (…) no recuerdo una hora de alegría en mi familia (…) sanguinario será mi fin, la vergüenza ha cubierto mi vida y asistirá a mi muerte”.

Ese siniestro personaje, protagonista de una obra maestra gestada en la cuna del Teatro Isabelino, lanza sus rabiosos chillidos de jabalí, encerrado en el escenario del Teatro Hora 25 que por estos días hace las veces de Monarquía.

Este Rey no esgrime una espada, desenfunda una Mágnum 9mm. Mete perico, usa pantalón de cuero y botas platineras. Se comería viva una sardina. ¿Qué diría Shakespeare de este Ricardo que propone Hora 25? Pues que cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia. “Ricardos como este hay muchos, resentidos sociales que se toman el poder para tratar de sosegar su consciencia a fuerza de represión, así ha sido siempre.”, dice uno de los actores, victima del Rey Matapríncipes.

“Esta ciudad es el escenario de conflictos aun más escabrosos que los narrados en las tragedias clásicas”, continua el actor alistando en su utilería un paquete de harina que en la ficción se convierte en cocaína.

Ricardo III es un reguero de cadáveres que un hombre deja para llegar al poder”, dice el director del Teatro sin titubear cuando se le pregunta si ésta obra es violenta. “Lo que pasa es que las tragedias de Shakespeare son violentas por naturaleza, una naturaleza muy parecida a la de nuestra sociedad. La violencia esta en nuestra cotidianidad y el Teatro nos ayuda a comprenderla. El objetivo del Teatro no es entretener, el Teatro tiene la obligación de mostrar la condición del hombre para reflexionar sobre ella”, explica Farley Velásquez.

Según Velásquez esta sociedad necesita a Shakespeare porque éste nos muestra lo que es la naturaleza humana y sus relaciones de poder. En Ricardo III el espectador es testigo de como a un Gobierno enfermo le roban la Corona, pero quien se pone la Corona recibe la maldición de la persecución y el poder no le dura mucho. “Quizás lo más importante en la obra de Shakespeare es que el dramaturgo da a sus personajes consciencia, al final cada quien rinde cuentas por sus culpas. En eso si no se parece a nuestra realidad”, concluye Farley Velásquez.

La poética que propone el Teatro Hora 25 ha sido siempre actualizar estos clásicos, darles vigencia, sin desconocer la esencia del texto y con un profundo respeto por el autor. Farley Velásquez, director de Hora 25, lo que hace aquí es un homenaje a William Shakespeare, demostrando con esta puesta en escena la inmortalidad de los argumentos de sus obras. Ya lo hizo antes con “Macbeth” y “Romeo y Julieta” del mismo autor. En la misma dirección se montaron “Bodas de Sangre” de Federico García Lorca y “Electra” de Euripides.

En esta versión, como en la anterior que fue coproducida por IX Festival Iberoamericano de Teatro, el reparto es de lujo. Más de veinte actores en escena, algunos con más de treinta años de ejercicio profesional. Es el caso del protagonista, Fernando Velásquez, director del Teatro Caja Negra y actor invitado a esta producción, él será quien encarne al despiadado Ricardo. Clara Vélez, actriz colombiana residente en Alemania, que por estos días visita nuestro país será la encargada de enfrentar a Ricardo de Gloster, ella representara a la Reina Isabel. También actúan Ramiro Tejada, Carola Martínez, Raúl Avalos, Lavignia Sorge, Jorge Pérez, Gustavo Montoya, entre otros actores de reconocida trayectoria.

El estreno de la obra es el miércoles 14 de febrero a las 7:45 pm para invitados especiales y el público general la podrá ver de jueves a sábado desde el 15 de febrero hasta el sábado 10 de marzo. La sala del Teatro Hora 25 queda en la Carrera 88 # 39-31 en el barrio La América.


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